-ARGENTINA-

2003-2005

 La primera vez viajamos en el Año 2003. Contábamos sólo con 20 días y una enorme extensión de territorio por recorrer. Lo primero fue bajar a la ciudad mas austral de Argentina, Ushuaia. Tiene el encanto de las ciudades en las que nieva a nivel del mar. La luz incide lateralmente sobre las casas y paisajes dándole un relieve especial. Era invierno y las actividades estaban netamente reducidas, pese a lo cual disfrutamos de la nieve, el P.N. del fin del Mundo y sus centros invernales. Hay que realizar la navegación por el canal de Beagle, avistando los leones marinos y demás fauna, regresando a Ushuaia con la luz del atardecer dorando sus montañas nevadas. Y no olvidaros de los famosos asados de cordero patagónico.

Tomamos un avión militar "casi" para nosotros solos y poder salir de Ushuaia. Luego un largo viaje en bus hasta El Calafate para ver el impresionante glaciar Perito Moreno, así como el Upsala, en una excursión lacustre inolvidable, navegando entre témpanos azulados.

Desde allí nos desplazamos hasta El Chaltén para admirar los montes Fitz Roy y el aún mas famoso Cerro Torre. A pesar del invierno pudimos realizar dos cortas excursiones por los alrededores.

Después, lo típico. Fuimos a ver las ballenas en Puerto Madryn, que resultaron algo esquivas.

 Otro largo viaje en bus y nos plantamos en Bariloche. Estación de esquí montadísima y de impactantes alrededores con lagos y picos nevados: Villa La Angostura, cerro Tronador...

Buenos Aires nos recibió cálidamente a pesar del invierno. Disfrutamos de sus tangos, antiguos cafés, calles y jardines y cómo no, de la buena mesa y del buen vino...

 Año 2005. Ha pasado sólo un verano (invierno austral) y ya hemos regresado. Esta vez comenzaremos un poco más al norte, en Mendoza. Famosísima tierra de vinos, no defraudará a los aficionados de los buenos caldos. Hay mucha cultura del vino, calidad y cantidad. Degustad sus varietales malbec, merlot, cabernet, syrah etc.

En los alrededores, dos estaciones de esquí rudimentarias y... ¡el Aconcagua!.

Nos desplazamos a Penitentes, a 165 km. de Mendoza, con la intención de practicar el esquí de travesía. Para ello contamos con la compañía guiada de Luis Salvarredi. Como la zona es muy avalanchosa las excursiones discurren por el cauce de anchos valles. Al no tener vehículo dependimos del transporte público, lo cual nos limitaba un poco las excursiones.

La mejor, sin duda fue la que nos llevó a ver la espectacular cara sur del Aconcagua y visitar el arco natural "Puente del Inca". Luego nos desplazamos al bonito paraje de Las Cuevas, donde recorrimos el valle de Matienzo.

Un poco mas al sur (450 km.) Está ubicada la estación de esquí de "Las Leñas". Perteneciente a un grupo industrial malayo, los alojamientos no son precisamente económicos, así que nos alojamos a una distancia prudencial. El valle de Los Molles es un tanto solitario. Sólo hay tres hoteles desvencijados y un refugio. Eso sí, nos sale a mitad de precio. Hay transporte diario para subir a pistas, 19 km.

Las Leñas es una buena estación que se destaca sobre todo por su impresionante fuera de pistas. La silla llamada Marte en realidad te transporta al paraíso del fuera de pistas. Multitud de corredores descienden de la montaña. ¡Hay para aburrirse! No tuvimos excesiva suerte con el tiempo, y algunos de los cinco días que esquiamos estuvo cerrada por viento.

Dimos por concluidas las actividades de esquí y nos dimos al turismo y la gastronomía...

La primera ciudad que visitamos fue Córdoba. De arquitectura colonial, conserva Iglesias y conventos de aquella época. Visitamos sus museos, cabildo y callejeamos por las peatonales. En los alrededores visitamos las "Estancias Jesuíticas" que contribuyeron decisivamente al sostenimiento de las Misiones hasta su caída.

Una rápida visita a Tucumán para hacer la obligada visita histórica de la casa de la declaración de la Independencia de Argentina, y continuamos hacia Salta.

Salta (la linda) tiene un centro muy colonial y arreglado. Sus calles peatonales y porches de la plaza invitan al paseo y relax.

Nuestro siguiente destino es la famosa quebrada de Humahuaca. Es un largo valle en la que la tierra tiene muy diferentes y vivos colores estratificados. Según incide la luz puede ser más o menos vistoso. Las sombras, las luces, colores y los cardones (cactus gigantes) le hacen ser un recorrido muy interesante.

A medida que se asciende por la quebrada y se aproxima al altiplano todo adquiere un carácter más étnico, hasta que te parece estar ya en Bolivia. Nosotros regresamos por el altiplano hasta San Antonio de los Cobres y de allí a Salta.

Sin duda uno de los mayores atractivos turísticos de Argentina son las cataratas del río Iguazú. Y de verdad que es así. Esa ingente cantidad de agua precipitándose al vacío es sobrecogedora. Imprescindible.

Conviene también pasar al lado brasileño para tener una panorámica más general.

La verdad es que aún nos QUEDAN GANAS DE VOLVER...