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ISLA DE JAVA

Con 150 millones de habitantes es la más poblada del mundo. Esto nos da una idea de lo que nos vamos a encontrar en nuestro periplo: gente.

Elegimos tres objetivos para visitar: Yogyakarta, con sus célebres ruinas de Borobudur y Prambanan, el paisaje lunar del Volcán Bromo y el axfisiante Volcán Ijen.

YOGYAKARTA como no podía ser de otra manera, es una animada urbe de más de 3,5 millones de habitantes.

La ciudad no cuenta con grandes monumentos, sin embargo hay varias visitas interesantes. El Palacio del Kraton en el que suele haber música y danzas populares, Taman Sari (castillo del agua), barrio de Malioboro, callejeo ... y ¡hasta un concurso de pájaros de canto para el Sultán!

BOROBUDUR son las ruinas de un gran templo budista construído entre los años 750 a 850. Como casi siempre se dice "el más grande del mundo". Está muy cerca, pero cuesta llegar, claro. No sé a qué hora deciros que vayáis, habrá masas de gente siempre. El templo y su decoración lo merecen. Resulta interesante deambular por sus 6 plataformas e inluso jugar a intentar hacerse fotos sin nadie. 

PRANBANAN es un conjunto de 200 templos hindúes cercanos. Se pueden visitar Borobudur y Prambanan en un día e incluso hacer la "maratón completa" con el teatro nocturno de la archirepresentada leyenda de Rama Yana.

Se empezó a construir en el año 856. Permite pasear y acceder a numerosos templos, muy bonita y agradable visita. Nosotros fuimos al atardecer y luego al teatro, pero nos quedamos ¡sin cenar!

VOLCÁN BROMO: Situado al este de la isla es una visita imperdible. Su paisaje lunar contemplado al amanecer sobrecoge (si consigues hacerte un hueco entre los turistas). En la excursión organizada que hace todo dios, te llevan en viejos Toyotas todoterreno divinamente conservados y tuneados, de todos los colores y del mismo modelo. Ellos mismos son un espectáculo. Pero lo bueno es acceder al mirador de noche y esperar a que amanezca, entonces empieza el espectáculo. Hay que llevar ropa de abrigo y baterías de sobra porque !te hinchas a hacer fotos!

Más tarde te trasladan para subir al cráter del volcán. !Aquello si está masificado, colas para ir, para subir y para bajar!. Indonesia es así.

EL VOLCÁN KAWAH IJEN: Esto sí que nos dejó un regusto raro. Es obligatorio subir con guía. Se sale como a las 2 de la madrugada, todos en procesión. La subida no es dura, pero sostenida. Por el camino de aproximadamente 1h 40´ te vas encontrando carritos en los que reconvertidos mineros se ofrecen a subirte para contemplar el "fuego azul", fenómeno proporcionado por el azufre en combustión. Llegados al  borde del cráter ahora toca descender a las entrañas del volcán unos 40 minutos, pero como hay tanta gente... nos retrasamos algo más. Todos en fila de penitentes y parando bastante para dejar subir a los pobres mineros que cargados como burros suben el mineral extraído en canastos. Se debe visitar de noche para poder disfrutar del famoso espectáculo azul del azufre en combustión. Bajamos lo que pudimos, pero incluso con máscaras antigás el aire es irrespirable por los gases que se desprenden. Vislumbramos un poco el color azul, recogimos un pedacito de azufre de recuerdo y subimos en busca de un aire más amable. 

¿Cómo es el infierno? El aire es irrespirable, hay demasiados gases tóxicos y todavía más turistas. Somos demasiados por en medio, impidiendo el trabajo de mineros en condiciones infrahumanas que extraen el azufre de gran concentración a mano. Poco fuego azul. ¿Pero, qué hacemos aquí? Y de nuevo arriba, al salir del infierno, el sol recién salido no logra dispersar las nubes y teñir de ese azul irrepetible el lago. Un amanecer brumoso para un lugar peligroso y a la vez irreal.

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